Los jugadores de ajedrez suelen pasar gran parte del tiempo estudiando táctica mientras dejan de lado el ajedrez posicional y con ello, probablemente, podrán alcanzar el Elo de 2000. Y una de las razones por las que no gastan el tiempo suficiente en este tipo de juego, es porque, básicamente, no resulta ser tan emocionante como sí lo son, por ejemplo, los ataques tácticos o fulminantes.
Es común, además, que muchos ajedrecistas tengan dificultades a la hora de distinguir el ajedrez táctico del posicional. En especial, porque ambos son necesarios para jugar bien. Es por esto por lo que, a continuación, queremos hablarte sobre los dos principales enfoques cuando se pretende evaluar una posición.
- Dinámico: es el enfoque directo o inmediato, usando la energía de las piezas para obtener e incrementar una iniciativa (flujo de amenazas que no puede ignorarse). O conseguir claras ventajas a largo plazo por la fuerza.
- Estratégico: es el enfoque a largo plazo y, además, progresivo. Se mejora la fuera a largo plazo de la posición, mientras se mejora también la colocación de las piezas, se limitan las jugadas buenas del oponente y se crean cambios favorables a la estructura de peones.
Obviamente, para ganar una partida de ajedrez se requiere de la aplicación de ambos enfoques (hasta cierto punto). Sin embargo, nos parece que esta descripción puede ser mucho más clara que la de “táctica/posicional”.
También se describen estos enfoques como: “a corto/largo plazo” y “directo/de mejoría”. Y esto, puede ayudar a visualizar mucho mejor las decisiones que se toman en una partida de ajedrez.